En esta página puede obtener un análisis detallado de una palabra o frase, producido utilizando la mejor tecnología de inteligencia artificial hasta la fecha:
El Imperio sasánida (en persa, شاهنشاهی ساسانی), oficialmente Imperio de los Iranios (persa medio: , Ērānšahr[3]), fue el segundo Imperio persa y el cuarto y último Estado iraní previo a la Conquista musulmana. El Imperio inició con la victoria de Ardacher I sobre el último rey arsácida, Artabán IV de Partia, y terminó con la derrota de Yazdgerd III ante el primer califato islámico. El territorio del Imperio persa sasánida comprendía los actuales países de Irán, Irak, Azerbaiyán, Armenia, Afganistán y partes del este de Turquía y Siria, además de parte de Pakistán, el Cáucaso, Asia Central y Arabia. Además, durante el gobierno de Cosroes II (r. 590-628), se anexionaron al imperio los territorios de los actuales Egipto, Jordania, Líbano y Palestina, llegando a ejercer un "protectorado" sobre territorios actualmente correspondientes a Omán y Yemen, así casi alcanzando la extensión Imperio persa aqueménida.
El periodo sasánida, que comprende todo el periodo final de la antigüedad clásica e incluso sobrevive unos siglos, se considera uno de los periodos históricos más importantes e influyentes de la historia de Irán. En muchos aspectos, el periodo sasánida alcanzó los mayores logros de la cultura persa, y constituyó el último gran imperio iranio antes de la invasión árabe de Persia y la adopción del islam como religión en todo el territorio. La Persia sasánida fue rival de la civilización romana[4] por el control de Oriente Próximo y Mesopotamia. Su influencia cultural se extendió mucho más allá de los territorios fronterizos de ambos imperios, llegando hasta la Europa occidental,[5] África,[6] China e India,[7] y jugó un papel fundamental en la formación del arte medieval europeo y asiático.[8] Esta influencia llegó a través del mundo islámico que adoptó muchos aspectos de su arte y protocolo. La cultura aristocrática y exclusiva de la dinastía sasánida transformó la conquista islámica de Irán en un ‘renacimiento’ persa.[5] Gran parte de lo que posteriormente sería conocido como ‘cultura islámica’ (arquitectura, escritura, música y otras habilidades) fueron adopciones del amplio mundo islámico a partir de los modelos persas sasánidas.[9]